Heung Wing, en ocasiones, ve muertos. El intento de suicidio de su madre le obliga a volver a su Hong Kong natal. De nuevo en casa y, de nuevo, con las visiones de fantasmas que le habían aterrorizado en su niñez.
El exitoso debut cinematográfico del director Nate Ki es una hábil combinación de los cuentos de terror clásicos con la mitología del sur de China, poblada de niños espeluznantes, sacrificios humanos, magia negra y referencias al folclore sobrenatural cantonés. Una experiencia sensorial en toda regla.