La exploración de la masculinidad empieza con el Minotauro, una criatura mitológica que Picasso utilizaba para retratarse a sí mismo en su serie de aguafuertes. El Minotauro pasa por una lucha violenta entre ser hombre y mujer. Por último, las líneas se difuminan, los límites de los sexos desaparecen y el arte lo inunda todo.